Con mucho entusiasmo se realizó la capacitación de la primera generación de voluntarios Itaú que participará en el programa Lee para un Niño, y que reunió a cerca de 40 colaboradores de la Región Metropolitana en un espacio de encuentro y aprendizaje en torno a la mediación lectora.
Contagiosa fue la energía que transmitieron los voluntarios del programa Lee para un Niño, que organiza Fundación Itaú con el propósito de aportar al desarrollo integral de niños de entre tres y siete años en situación de vulnerabilidad, potenciando una de las causas más importantes del banco en materia de Sustentabilidad: la educación.
Durante la jornada, los colaboradores conocieron en detalle el alcance de las acciones de esta iniciativa que se realiza en conjunto con Fundación Había Una Vez, cuyas expertas en educación abordaron la importancia de la lectura en la primera infancia, entregando técnicas y herramientas para la mediación lectora.
Isabel De Gregorio, gerente de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Itaú, destacó el interés de los colaboradores que completaron los cupos mucho antes de lo programado. “Esto es muy revelador, demuestra que los colaboradores estamos dispuestos a comprometernos con un programa que va más allá de nuestro trabajo cotidiano, pero que nos llenará de energía y de alegría al poder compartir parte de nuestro tiempo con la comunidad”.
Lee para un Niño es un programa que partió en Brasil y en el que hoy participan voluntarios de Itaú, familiares de colaboradores, clientes y la ciudadanía en general. Ese es el sueño de Fundación Itaú acá en Chile, tal como lo señaló Ana Lepe, gerente de Administración y Proyectos de la institución.
“Queremos una Red de Voluntarios con la convicción del impacto que tienen nuestras acciones en la sociedad. Nuestra energía tiene que ver con esa disposición a entregar algo que te hace crecer a ti y también al otro. Es un compromiso existencial, porque si tiene sentido para nosotros lo tendrá para los demás y así es como se cambian las cosas”.
Sobre las motivaciones para ser voluntario del Lee para un Niño, Javier Mallea, del equipo de Ingeniería de Proyectos de NLC, destacó que “lo que me motiva son los niños. Uno puede lograr grandes cambios en los niños con acciones tan simples como leerles un cuento”.
Con apenas dos meses en Itaú, Paola Cerda, de la oficina Providencia, se inscribió porque “siento que podemos aportar a la disminución de las brechas sociales. Me interesa que podamos transmitirle a los niños que pueden soñar sin límites”.
“Yo quiero que todas estas historias que les vamos a contar a los niños, les ayuden a formar sus propias vidas, porque ellos podrán ver que si estás en una situación difícil, su vida puede cambiar. Ese sentimiento es el que también quiero compartir con mi hijo de 12 años, quiero traerlo hacia las cosas que son verdaderamente importantes, y también sueño con replicarlo en mi país, Ecuador”, compartió Ana Briones, de la fuerza de ventas de Tajamar.
Antes de cerrar la actividad de capacitación, los voluntarios formaron sus grupos y recibieron su kit de mediación con los libros que forman parte de la colección de Lee para un Niño. Además, conocieron las funcionalidades de la App del programa, que les entrega toda la información necesaria para iniciar sus acciones de voluntariado corporativo de manera autónoma, desde la búsqueda de los centros disponibles para hacer las visitas, hasta una comunidad que les permitirá compartir sus experiencias.