El regreso a la casa club Ludoteca Minga Merced, que acoge a niños y niñas del cerro La Virgen, marcó el inicio de las acciones de mediación lectora en la ciudad puerto, que continuaron con una visita a los alumnos del Liceo Matilde Brandau de Ross.
En la Ludoteca, las voluntarias de Lee para un Niño compartieron con pequeños que acudieron especialmente para disfrutar de un momento dedicado a la lectura. “Es muy importante para nosotros regresar a la Ludoteca, porque nuestro propósito es crear un vínculo con los niños, de manera que reconozcan nuestra presencia y la asocien a la lectura y a disfrutar de un momento agradable en torno a los libros. Es de esa forma en la que se crea y fortalece el hábito lector”, destacó Paloma Acevedo, gestora de proyectos de Fundación Itaú.
Para Heyri Yu, asistente de servicio al cliente de la sucursal Viña Libertad, se trató de una “mágica experiencia”, que la motiva a seguir junto a la Fundación llevando alegría a pequeños que se encuentran en situación de vulnerabilidad y que por esa razón necesitan más atención y cariño.
Finalmente, Lissa Micaly, ejecutiva de cuentas de la sucursal Viña Ecuador, destacó la alegría que expresan los niños y niñas cuando reciben su texto de regalo: “¡son tan felices con sus libros!”.
Liceo Matilde Brandau de Ross
También en Valparaíso, voluntarias de Itaú visitaron el Liceo Matilde Brandau de Ross. En esta ocasión leyeron para 52 niños de prekinder, kinder y primero básico. “Es tan gratificante estar con ellos. Son tan inocentes y con nuestras visitas los hacemos tan felices. En este grupo la mitad eran extranjeros con tantas necesidades, que dedicarles parte de nuestro tiempo es tan importante para ellos, señaló María Angélica González, agente de la sucursal Valparaíso Intendencia.
Con estas visitas, el programa Lee para un Niño completa 12 acciones de mediación lectora en el año, realizadas en las regiones Metropolitana y de Valparaíso. En ellas han participado 81 voluntarios, lo que ha permitido impactar a 543 niños y niñas.