Retomando las actividades tras largos meses de encierro por la pandemia del COVID 19, visitamos los jardines infantiles Millaray, Davilita y Mis primeros pasos para volver a leerle a niños y niñas.
La emoción era máxima, porque después de largos meses con escuelas cerradas producto de las medidas sanitarias derivadas del COVID 19, pudimos visitar a niños y niñas de tres jardines infantiles de la Región Metropolitana para llevarles la magia de las historias y compartir con ellos el entusiasmo del reencuentro cara a cara.
Para celebrar la vuelta a clases de miles de alumnos y alumnas Fundación Itaú retomó su programa de fomento lector infantil Lee para un Niño, visitando durante octubre los jardines infantiles Millaray, en La Pintana; Davilita, en Pedro Aguirre Cerda, y Mis primeros pasos, en la comuna de Estación Central. Acompañados de por los fantásticos cuentacuentos María Alegría y Nico Cuentacuento, las jornadas estuvieron llenas de risas y una entusiasta interacción que dio cuenta de la alegría de los niños y niñas que esperaban participar en este tipo de actividades que fomentan la lectura y también el vínculo entre los pequeños, los libros y los adultos.
En las tres sesiones realizadas por los cuentacuentos María Alegría y Nico Toro, y que marcaron el retorno del programa Lee para un Niño a la presencialidad, participaron 105 niñas y niños de entre tres y siete años de edad, quienes muy atentos no solo eligieron los libros que querían escuchar, sino que también descubrieron imágenes en las nubes, soñaron con viajes increíbles y aprendieron sobre la importancia de aceptar las diferencias.
“Hemos tenido dos encuentros que han sido una maravillosa oportunidad para darnos cuenta del gran impacto que tienen los cuentos y la lectura en la primera infancia sobre todo en este contexto donde estuvimos un muy buen tiempo en el encierro y donde nuestras infancias fueron las más olvidadas porque no habían contenidos y horarios para ello. Volver a encontramos a través de las historias y ver como ellos y ellas se sumaban al viaje y se emocionaban es un regalo”, comentó Javiera del Real, María Alegría.