Regalar tiempo, atención, cariño y dedicación fue el objetivo principal de las acciones que los voluntarios del programa Lee para un Niño realizaron en diciembre en cuatro jardines infantiles de Santiago.
Una Navidad con sentido, en la que los valores del compromiso social y la solidaridad se superponen al consumo que suele prevalecer en las fiestas de fin de año, fue lo que quisieron trasmitir los voluntarios del programa de fomento en de la lectura en la primera infancia Lee para un Niño, que desarrolla Fundación Itaú desde mayo de este año.
Entre el 11 y el 20 de diciembre cerca de 40 voluntarios del programa y colaboradores de Itaú que quisieron participar en las actividades, visitaron los jardines infantiles La Araucaria, en Huechuraba; Los Lagos, en la comuna de Cerro Navia; Millaray en La Pintana y San Pedro Pudahuel, beneficiando a 266 niños y niñas en situación de vulnerabilidad.
Por tratarse de fin de año, las actividades también contaron con la participación de colaboradores del banco que por un día se unieron a los voluntarios que forman parte del programa desde su implementación.
Además, en conjunto con la gerencia de Asuntos Corporativos y Sustentabilidad de Itaú, se realizó una campaña de donación de libros a través de la que se reunieron más de 150 cuentos que fueron entregados a los niños de los distintos jardines, valorando de esa forma el tesoro que representa un libro y las historias que contiene.
En las visitas los voluntarios contaron cuentos a los niños y niñas, para luego dar paso a un espacio en el que los cuentacuentos Nico Toro y Fran Martínez, narraron historias en un formato diferente en el que también los pequeños participaron activamente. Para cerrar, todos compartieron una rica convivencia que permitió perpetuar un grato momento.
Para Patricia Banda, directora del jardín Los Lagos, Cerro Navia, la actividad “fue muy buena porque los niños requieren este apoyo lector, pero también momentos en los que ellos sean los protagonistas y receptores de toda la atención en una dinámica que los saca de su rutina”.
En tanto, Ana María Fuenzalida, directora del jardín infantil Millaray ubicado en La Pintana, destacó que “esta iniciativa es muy valiosa, porque nuestros niños están en un sector que es tremendamente estigmatizado y que vengan a verlos especialmente a ellos, los hace sentir especiales. Es un gran apoyo emocional”.
Finalmente, María Soledad Fernández, directora del jardín La Araucaria, señaló que es maravilloso ver como los niños participaron y disfrutaron toda la tarde. Recibir un libro de regalo es una fascinación y eso fue evidente al ver sus rostros”.