La educación es un derecho humano, un bien público y una responsabilidad colectiva, que en el contexto de la pandemia representa un gran desafío para todos quienes estamos involucrados en aportar a los procesos educativos de niños, niñas y adolescentes.
La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 24 de enero como el Día Internacional de la Educación, como una forma de celebrar el papel fundamental que la educación desempeña en la paz y el desarrollo de las personas en todo el mundo.
La educación es y será una herramienta base y fundamental para generar espacios que entreguen más y mejores oportunidades a todos los ciudadanos, para que puedan participar en igualdad de condiciones en la acción ciudadana. Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje, se vuelve aún más difícil que las sociedades alcancen la igualdad de género y derroten la pobreza que resta oportunidades a millones de niños, jóvenes y adultos.
Según cifras de la UNESCO, en la actualidad, 262 millones de niños y jóvenes siguen sin estar escolarizados, 617 millones de niños y adolescentes no pueden leer ni manejan los rudimentos del cálculo; menos del 40 por ciento de las niñas del África Subsahariana completan los estudios de secundaria baja y unos 4 millones de niños y jóvenes refugiados no pueden asistir a la escuela.
El tema de esta edición será “Recuperar y revitalizar la educación para la generación COVID-19”, ya que se busca poner a la enseñanza y el aprendizaje como centro de la preocupación mundial, orientando los esfuerzos en reforzar la educación incrementando la colaboración y la solidaridad internacionales.
En este sentido, la directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, señaló que “En el pico de la pandemia, las escuelas llegaron incluso a estar cerradas para el 91% de los educandos, es decir, 1.500 millones de alumnos y estudiantes. Con ello, todo el mundo pudo constatar que la educación era un bien público mundial; que la escuela no solo era un lugar de aprendizaje, sino también un lugar de bienestar, protección, nutrición y emancipación. (…) En este Día Internacional, la UNESCO le invita a promover la educación como un derecho fundamental y como el instrumento más poderoso para el desarrollo”.
El trabajo de Fundación Itaú
En el marco de las múltiples necesidades de nuestro país y en particular de los sectores más vulnerables de la sociedad, Fundación Itaú concentra sus esfuerzos y acciones sociales en el ámbito de la educación, pilar fundamental para el desarrollo económico y social de las personas y de la ciudadanía en su conjunto.
Nuestros programas socioeducativos buscan favorecer especialmente a niños y jóvenes en situación de vulnerabilidad, enfocándose en la primera infancia y las nuevas generaciones de estudiantes secundarios de establecimientos educacionales que imparten formación técnico profesional en la enseñanza media.
Con Experiencia Empresa, programa educativo de inducción al mundo del trabajo se busca es anticipar y acercar a estudiantes que cursan tercer año medio de educación técnico profesional a la realidad y a los desafíos que representa el mundo laboral. Ofrece a jóvenes que se encuentran en situación de vulnerabilidad, y que estén cursando su primer año de especialidad, la posibilidad de realizar una prepráctica laboral de dos semanas en Itaú.
En tanto, el objetivo del programa Lee para un Niño, es fomentar la lectura en la primera infancia contribuyendo al desarrollo cognitivo y emocional de niños y niñas que se encuentran en situación de vulnerabilidad. A través del sesiones de mediación lectora, a cargo de voluntarios de la Fundación, se acompaña a los niños y niñas en la introducción a la lectura.