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De visita en la escuela de Lenguaje Davilita

17 de septiembre de 2019

En el marco de la semana de la acción Voluntaria Global, el la que colaboradores de Itaú LATAM se movilizan realizando acciones en torno a la educación, los voluntarios de Lee para un Niño llegaron hasta la escuela Davilita, ubicada en la comuna de Pedro Aguirre Cerda.


Este establecimiento de educación se creó en 2010, con el objetivo central de brindar tratamiento específico para que los niños y niñas logren superar los trastornos del lenguaje que les fueron diagnosticados, necesidad que hasta entonces no era resuelta por ninguna entidad. Actualmente, el establecimiento cuenta con una matrícula de 146 niños pertenecientes a las comunas de Pedro Aguirre Cerda, La Cisterna, Lo Espejo, San Miguel y Cerrillos.

José Pineda, ejecutivo de Contact Center Empresas, que por primera vez asistía a leerle a un niño, compartió sus impresiones al final de la actividad destacando que su principal motivación es “responder a todas las bendiciones que recibimos día a día. Más que con dinero creo que es importante regalar y compartir tiempo de calidad con quienes lo necesitan”.

“Me sentí súper genial creo que somos nosotros los que aprendemos de ellos. Estoy muy contento de compartir con ellos y de aportar en sus vidas, porque de alguna manera los ayudamos a crear sueños y perseguir esos sueños cuando vayan creciendo y sean personas con más conocimiento y mejor futuro. Me voy con feliz y con el mejor aprendizaje y la alegría que los niños contagian”, agregó José.

También Hugo Gallado, analista del departamento de control contable de Itaú, se sumaba por primera a las acciones de Lee para un Niño. “Compartir con estos chicos es fascinante porque irradian una energía increíble. Ellos tienen una magia y de ahí parte todo, porque la principal magia es el amor y esto chicos te entregan mucho amor y lo expresan escuchando, conversando, preguntando, riendo. Son felices con solo hecho de que nos sentemos a compartir con ellos”.

“Es un momento en el que todos somos iguales, volvemos a ser niños de alguna manera. Uno se va renovado al ver otras realidades y por eso es tan importante escucharlos, ya que con la lectura ellos transmiten sus propias historias. Me llena de emoción esta experiencia y vuelvo cambiado a la pega, ahora entiendo la alegría de algunos compañeros que son del Lee. Espero seguir participando”, comentó Hugo.

Leslie Sepúlveda, docente de la escuela Davilita, agradeció a la Fundación y a los voluntarios por las visitas y el tiempo dedicado a los niños: “valoramos esta iniciativa en lo pedagógico, porque es un aprendizaje distinto, y principalmente en lo emocional, ya que la mayoría de nuestros niños son vulnerables y no reciben esta atención y esta dedicación en su vida cotidiana. Yo veo a los voluntarios, la cercanía que tienen con los niños, lo felices que se ven leyéndoles eso es muy genuino y también recibimos esa energía. Que ustedes compartan con ellos es algo que de verdad se agradece de corazón, porque ellos lo necesitan y ustedes pueden ver la alegría de ellos al verlos llegar con sus poleras naranjas, ya los reconocen y saben que vienen sus cuentacuentos. Los niños terminan felices con todas sus visitas”.

Finalmente, Ema Soto, activa voluntaria del programa, destacó que todas estas visitas para ella son una instancia de crecimiento personal que además le dan la oportunidad de poner a disposición de los demás los talentos y aprendizajes que se dan en el tiempo con los hijos, los nietos y las acciones de Lee para un Niño.

“Es transportarse a ser niño de nuevo a dejar de lado nuestros temores y el miedo al qué dirán. Es un momento lúdico y mágico en el que te emocionas, te diviertes y eso es lo que me llena. Cada historia que uno cuenta tiene un mensaje detrás una enseñanza, eso es lo que fomenta el Lee, no solo entregarle herramientas que aumenten su conocimiento, sino que las emociones, principios como la amistad y la honestidad. Para mí la gran satisfacción es ver esas catitas iluminadas, esos ojitos que se abren sorprendidos ante la historia. Me voy llena de emoción y del cariño que ellos nos entregan. Es una experiencia que me completa”, comentó emocionada.