La actividad se realizó para celebrar el Día Internacional de la Felicidad e invitar a colaboradores del edificio corporativo de Banco Itaú a sumarse como voluntarios de la Fundación, junto con participar de una campaña de recolección de útiles escolares.
Sin duda los colaboradores de Banco Itaú de Nueva Las Condes pensaron que el lunes 20 de marzo iba ser como otro cualquiera, pero se llevaron una inmensa sorpresa cuando en la entrada del edificio los recibió un payaso tocando un ukelele y un joven con un gran sombrero rosa brillante que les deseaban un lindo Día Internacional de la Felicidad. El asombro fue mayor cuando llegaron las mismas personas a romper su rutina laboral con entretenidos cuentos que lograron transportarlos a la infancia y les permitieron disfrutar de un momento de ensueño y fantasía.
Fundación Itaú y un grupo de cuentacuentistas, visitaron todos los pisos del edificio corporativo para regalar a los colaboradores la oportunidad de experimentar cómo a través del relato de historias se puede entregar felicidad y así, motivarlos a sumarse como voluntarios de Leamos Juntos, programa de fomento lector creado para niños de entre tres y siete años y personas mayores en situación de vulnerabilidad a través de la técnica de mediación lectora de los cuentacuentos. Los voluntarios de Banco Itaú son los encargados de realizar estas lecturas dramatizas durante las visitas que realizan a los jardines infantiles públicos, escuelas básicas y establecimientos de larga estadía para adultos mayores que participan en Leamos Juntos.
El interés de Fundación Itaú por el fomento lector nace de entender la lectura como una práctica sociocultural tan importante, que su aprendizaje debe ser visto por la sociedad como un derecho que debe desarrollarse en diferentes momentos de la vida de las personas y de acuerdo a diversos contextos. En la primera infancia asociada al servicio de metas académicas y en la edad madura, a una dimensión cognitiva y recreativa.
El programa se materializa en tres iniciativas: Lee para un Niño y Lee y Construye, en este último -además de las sesiones de cuentacuentos- se instalan huertos en los jardines infantiles con el fin de enseñar a los niños a cuidar el medioambiente; y Nunca es Tarde para Leer, destinado a personas mayores.
“Queríamos vincular la felicidad con un de los ejes de trabajo que tenemos que es el fomento lector y el voluntariado corporativo. Podemos llevar felicidad a los niños, niñas y adultos mayores cuando los visitamos con nuestros cuentacuentos y nos traemos felicidad por el amor que ellos nos entregan en cada una de esas sesiones. Los libros nos permiten compartir alegría”, explicó Claudia Labbé, directora de la Fundación Itaú y gerente de Sustentabilidad del banco.
“Fue muy entretenido que nos hayan hecho disfrutar a nosotros como niños. Volver a la niñez con las historias que nos contaron”, señaló Yoana Linde Ejecutiva sucursal Digital.
En la lúdica actividad de celebración del Día Internacional de la Felicidad también se incentivó a los itubers a participar en la campaña de recolección de útiles escolares que tiene como propósito complementar los materiales que los jardines infantiles públicos que participan en Leamos Juntos reciben desde la Junta Nacional Escolar y Becas, JUNAEB. Las donaciones serán entregadas durante las sesiones de cuentacuentos que realizan los voluntarios en los establecimientos educativos.
Leamos Juntos
Programa de fomento lector, dirigido a niños de entre tres y siete años de edad y personas mayores en situación de vulnerabilidad y que participan de instituciones públicas o de fundaciones sin fines de lucro como jardines infantiles, escuelas básicas y establecimientos de larga estadías para adultos mayores, ELEAM. El objetivo es estimular el aprendizaje y el acceso a una literatura de calidad, a través de una estrategia de mediación lectora que son los cuentacuentos, relatados por voluntarios de Banco Itaú.
En 2022 Leamos Juntos realizó 30 visitas a los 17 establecimientos participantes el programa (jardines infantiles, escuelas básicas y ELEAM de la Región Metropolitana y Valparaíso), impactando a 1.275 niños y personas mayores. Participaron 205 voluntarios de Banco Itaú tanto de Santiago como de Valparaíso que, en total, donaron 641 horas de trabajo a la comunidad, equivalentes a 80 jornadas de trabajo de 8 horas cada una.