La lectura es un acto de amor a través del cual se establecen vínculos entre los niños y los adultos, lazos que contribuyen a fortalecer el desarrollo cognitivo y emocional de niños y niñas. Si vas a leerle a un niño, revisa estos consejos que guiarán la preparación de la lectura.
Antes de la lectura
Durante la lectura
Escoger un lugar confortable y con buena luz. Disponer al grupo de niños en semicírculos, para alcanzar con la mirada a todos los participantes.
Esperar el momento adecuado, velando por la comodidad, motivación, concentración y el silencio.
Presentar el título, el autor y el ilustrador.
Leer con expresividad para mantener la atención, cambiando el tono para representar la intención, los sentimientos y la actitud de los personajes.
Mantener contacto visual con los niños, para transmitirles asombro, miedo, alegría.
Articular claramente, leer de manera fluida, para evitar tropiezos.
Leer lentamente para dar tiempo a los oyentes se formen imágenes mentales de lo escuchado. Cuando la historia lo requiera, aumentar el ritmo de la lectura.
Si se lee a un solo niño, pedirle que dé vuelta las páginas, y si el niño ya sabe leer, invitarlo a que lea para ti.
Al final de la lectura, dar algunos segundos de silencio para que los niños saboreen las emociones experimentadas.
Después de la lectura: la conversación
Esperar sus reacciones y preguntas. Si no se presentan, hacer preguntas abiertas relacionando algunos temas del relato con sus vivencias personales.
No hacer preguntas formales de comprensión lectora. Tampoco entregar una interpretación personal del texto.
Indagar con elementos creativos para descubrir las propias interpretaciones de los niños.
Cuando el niño responda, repetir sus ideas y ampliarlas. Así entenderá cómo se articulan las frases, ampliará su vocabulario y entenderá que sus ideas tienen eco.
Escuchar y responder sus preguntas. Si hay algo que no se sabe, admitirlo y buscar información para entregar una respuesta.